Si ni siquiera te acuerdas de lo que estabas haciendo a esta edad, conoce a esta increíble joven que en su corta vida ha publicado dos libros, creado dos series animadas, fundado una compañía, y que quiere cambiar el mundo desde su óptica.
Medios influyentes como Forbes, Huffington Post, Seventeen Magazine, Time, Cosmopolitan, CNN, entre muchos otros, han dado cuenta de su historia. Y los reportajes llegan a prácticamente todo el mundo, porque periódicos y canales de televisión los replican por doquier.
¿Por qué? Porque es una emprendedora, filántropa, diseñadora, artista, animadora, ilustradora y escritora o, en pocas palabras, una mujer modelo. Con esa descripción, lo lógico es que uno se pregunte, ¿entonces, qué fortuna ha logrado esa persona? ¿cómo se llama esa empresa? Y la respuesta, seguro te sorprenderá.
Se trata de Maya Penn, una jovencita nacida el 10 de febrero del 2001 en Snellville, un suburbio de Atlanta (Georgia), y su historia es increíblemente inspiradora, por muchas razones. Una niña modelo, sin duda, una historia inspiradora.
La curiosidad, lo sabemos, es una condición innata de los niños, pero en el caso de Maya fue cultivada y potenciada desde pequeña por sus padres John y Deidre.
Ese, sin duda, fue uno de los motivos por los cuales desarrolló, mucho antes que el común de los niños, una conciencia social y, sobre todo, una pasión por cambiar el mundo.
Niña talentosa
Y eso, precisamente, fue lo que le permitió a Maya salirse del molde tradicional y establecer un nuevo estándar. Así que con esa fantástica imaginación que se tiene a los 6 años, Maya convirtió un problema normal en algo extraordinario: “Un día, mi computadora tenía virus y pensé: ‘¿Qué tal que vivan ahí dentro, que ahí haya un restaurante en el que se encuentren y conversen, y hagan cosas de virus’”, recuerda.
De ese episodio derivó Platillos Maliciosos, una especie de tira cómica, dibujada por ella misma, en la que los virus cobran vida y protagonizan divertidas situaciones. Ese cercano contacto con el computador se transformó en una pasión cuando su padre le enseñó a desarmar por completo la máquina y volverla a ensamblar.
Fue algo que la maravilló, y desde entonces entabló una conexión muy fuerte con la tecnología, hoy una de sus principales aliadas. A pesar de su corta edad, aprendió el lenguaje de programación html y ella misma diseñó su primera página web. Después, incorporó Java Scritp y Python a su arsenal de herramientas.
Otra faceta que la distingue es su espíritu ecológico, su afán por preservar la naturaleza, por proteger el medioambiente, por garantizar un futuro para las próximas generaciones. Después de que su papá le enseñó la importancia de la polinización de las plantas, creó una divertida y didáctica serie animada llamada ‘Los Polinizadores’; en ella, las abejas y otros animales se visten el traje de superhéroes y luchan por conservar su hábitat en medio de terribles amenazas de los humanos y otras especies.
Fue así que surge Lucy and Sammy Save the Environment y Wild Rhymes, que son los nombres de los dos libros con mensajes ecológicos que ha escrito e ilustrado, ambos impresos en papel reciclado. Para publicar sus libros consiguió un financiamiento inicial por $1.000 dólares a través de The Pollination Project, una fundación que apoya a agentes de cambio individuales.
Pero eso no es todo. Un día, le pidió a su mamá Deidre que le enseñara a coser, algo inusual para una niña de la generación millennial, y abordó con papá John para que le hablara del mundo de los negocios. Tenía solo 8 años y millones de ideas daban vueltas en su cabeza inquieta. Ideas que, dicho sea de paso, no son usuales en una niña, pero Maya es especial.
Nace la empresa ecológica
¿Y cuál era su idea? Un negocio que se llama Maya’s Ideas y también una organización sin ánimo de lucro: Maya’s Ideas 4 the Planet. “Hago prendas de vestir y accesorios con insumos ecoamigables. Estaba muy influenciada por el arte y quería incorporarlo a todo lo que hacía, incluso a mi negocio”, dice.
Comenzó de forma artesanal, con trozos de telas que encontraba en su casa: confeccionaba un gorro o una bufanda, que ella misma lucía. “Cuando salía a la calle con mis creaciones, noté que la gente las admiraba y algunos se acercaban y me preguntaban dónde podían comprarlas. Así, me di cuenta de que había una buena idea que me servía para iniciar mi negocio”, relata.
Así que a los 10 años ya era una empresaria, con responsabilidades grandes (o de grande). Hasta entonces, sin embargo, su historia no trascendía el ámbito de Atlanta, pero llegó ese toque de suerte, ese guiño del destino capaz de cambiarlo todo: la contactaron de la revista Forbes para una entrevista. Desde entonces, Maya quedó en el radar de los medios de comunicación y el mundo entero habló de ella.
Con 16 años, Maya Penn sabe que es mucho el camino que debe recorrer para cumplir sus sueños. “No es suficiente tan solo ser conscientes de lo que ocurre en el mundo. Tienes que llevártelo al corazón, porque cuando lo sientes de corazón es que se encienden los movimientos. Así es como las oportunidades y la innovación surgen, así es como las ideas toman vida”, concluye.
En esta encantadora charla TED, una Maya de 13 años, se explaya con una energía contagiosa sobre todo lo que ama hacer: animaciones, moda, tecnología y filantropía.
Vía: mujeresdeempresa.com/mercadeoglobal.com
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