No fue la mano de Dios, sino un clic, lo que habría de convertir al argentino Marcos Galperín en el D10S del comercio on line en Latinoamérica. En 1999, mientras estudiaba su MBA en la Universidad de Stanford, el entonces empleado de YPF esbozó el plan de negocios de lo que luego sería Mercadolibre.
Dicen que lo hizo fascinado por el éxito de eBay y bajo la misma premisa: el remate de productos. Once años después, el sueño se ha convertido en un monstruo: su empresa es hoy la principal plataforma de comercio por Internet de la región, con 29,5 millones de productos vendidos en el 2009 por un total de US$2.751 millones. Y su crecimiento parece ser perpetuo. ¿Qué llevó a una simple idea a convertirse en una apabullante teoría del éxito y que ha originado que 40 mil personas se dediquen a este negocio a tiempo completo?
Nuestro país no ha sido ajeno al “boom” de plataformas como esa. Actualmente, dos compañías se reparten el 100% del mercado: Mercadolibre (75%) y Kotear (25%). Y las tendencias no difieren mucho de la región. Constanza Abdala, gerenta de la operación de Mercadolibre en el Perú, explica que el usuario promedio tiene entre 18 y 24 años y compra productos por US$90 en este orden: celulares y accesorios, ropa, productos de salud y belleza, mascotas, redes inalámbricas y accesorios para computadoras.
Algo, sin embargo, cambió en la naturaleza del negocio. “Cuando empezamos, la gente ofrecía artículos que ya tenían en casa. Hoy, el 80% de lo que se ofrece en América Latina es nuevo”, revela Abdala, tras indicar que el sector de pequeñas y medianas empresas ha sido el más beneficiado.
Esto, aunque todavía no se manejan cifras reales, ocurre también en el Perú, donde, ahora mismo, hay 190 mil artículos en venta.
Estrategia Kotear
Kotear, del grupo El Comercio, empezó a operar en setiembre del 2008 y hasta ahora mantiene una estrategia con la que ha logrado hacerse de buena parte de la torta del mercado y que cambiará solo cuando la marca esté bien posicionada: “A diferencia de Mercadolibre, nosotros no le cobramos al usuario la comisión del 5% del total de la venta”, explica Ramón Castro, jefe de Producto de la compañía.
“Kotear tiene dos tipos de compradores: los que entraron porque vieron un aviso en el periódico y los que lo hicieron porque saben que nosotros no cobramos la comisión”, agrega.
La compañía tiene a la fecha 190 mil usuarios registrados y en promedio se realizan 150 clics de compra de productos al día. Aunque compiten, la tendencia que se observa en EE.UU. con Amazon o eBay se repite en nuestro mercado: un usuario opta por ofrecer un producto en ambas plataformas con la finalidad de obtener un mayor potencial de ventas.
Otro aspecto que comparten ambas empresas es la forma de ganar dinero: a través de publicidad pagada en sus portales o por destacar los artículos en su página principal. El costo por esto último es muy bajo, pero Castro subraya que la eficacia en la transacción se multiplica. Finalmente, la utilidad por venta de productos sigue una premisa: es más baja en artículos de mayor rotación, como computadoras, y más alta en los que tardan meses en venderse, como antigüedades.
Te vendo mariachis
El pionero de las ventas por Internet en el país es peruano, se llama iQuiero y fue fundado en 1999, el año en que Galperín empezó a erigir su monstruo. Sybille Rosas, gerenta de la empresa que factura anualmente medio millón de dólares, explica que su portal es una tienda on line, es decir, trabaja con proveedores directos.
Y si bien al inicio solo vendían tortas, flores y canastas navideñas, diez años después, más de 5.000 productos han sido ofrecidos en su catálogo, algunos tan comunes como licores y otros tan sacados de los pelos como un grupo de mariachis.
“El 80% del catálogo se puede entregar el mismo día”, dice Rosas; iQuiero, por lo demás, es un medio que interesa sobre todo a los peruanos que viven en el extranjero, pues desde allá pueden hacerle llegar a un ser querido un regalo pagando a través de Internet con toda seguridad.
Esto último es quizá el punto débil de Mercadolibre y Kotear, en los que la transacción se realiza entre comprador y vendedor, es decir, la empresa no tiene nada que ver en ello.
“Nosotros —agrega Rosas— confirmamos los datos de los compradores a través del Reniec y el IP de las computadoras desde donde se realizó la compra para evitar estafas y no trabajamos contraentrega”; iQuiero estima que, del 100% de compradores, el 15% ha regresado para comprar otra vez.
El comercio on line ruge con fuerza en el país y las empresas consultadas, además de seguir aumentando las ventas, tienen un solo proyecto entre manos: crear herramientas que permitan al usuario entender cómo se maneja el negocio. Hacia allá van.
Fuente: El Comercio
